Para lograr un buen ritmo en una presentación, deberemos situar estratégicamente los puntos donde haya cambios significativos. Para ello podemos…
* contar una historia,
* mostrar un vídeo relevante,
* usar objetos cotidianos,
* hacer participar a la audiencia,
* utilizar el humor convenientemente,
* sorprender al público,
Todo ello debidamente conectado de forma apropiada, sin forzar las cosas en ningún caso, claro está. Como dice el gran Benjamin Zander, se trata de “tener visión, de volar como un pájaro que ignora las vallas de los campos que sobrevuela.”
Con una visión global evitaremos la monótona sucesión de hechos y datos que tienen gran parte de las presentaciones de hoy en día.